Claro. Puedes ser las 3, y mientras más roles tengas, más compleja será la toma de decisiones. Sí. Entendiste bien. La toma de decisiones. Pues así estas 3 posiciones comparten una misma visión (y muchas veces hasta una misma mente, si es tu caso), los intereses y puntos de vista son muy distintos.

Nos gustaría poner el siguiente ejemplo para aclarar este concepto:

El gerente es la persona responsable de planear y liderar el trabajo de la organización orientado al crecimiento, de monitorear su desempeño y tomar las acciones necesarias sobre la marcha para garantizar el cumplimiento de objetivos. El gerente, piensa con la mente. Entiende que no todas las batallas se ganan pero logra mantenerse en el juego creciendo. Siempre. Porque por eso lo miden. Por mantener su organización relevante dentro de la industria.

El socio es aquel que convencido de su potencial, se suma al negocio para aportar los recursos necesarios para crecer y de la misma forma, incrementar su retorno de inversión. El socio, piensa con el bolsillo. Si bien puede existir una afinidad con los valores de la organización, de la marca o de la industria, el móvil principal de un socio es el rendimiento económico. Un rendimiento que además pretende disfrutar en algún momento de su vida.

El fundador es la persona que tuvo una idea y las agallas y perseverancia para materializarla en forma de empresa. El fundador piensa con el corazón. Es quien trae la visión y el ADN a la mesa y permea a través de toda la organización.

Podrás reconocer entonces muchos negocios que tengan una o varias personas asumiendo estos roles. Pero pensemos en tu negocio. Es válido que asumas las 3 posiciones y es válido también que pienses delegar o renunciar a alguna. Lo importante es entender la paradoja y antes de tomar una decisión, hacerte las siguientes preguntas para asegurarte que tanto el socio como el fundador que habitan dentro de ti, salgan beneficiados.

  1. ¿Por qué fue que empezaste esta empresa? No creas, a muchos negocios (incluso grandes negocios) se les olvida por qué fue que empezaron.
  2. ¿Quieres que tu empresa perdure en el tiempo? ¿Incluso después de ti? Dependiendo de esta respuesta, puedes darle al socio que hay en ti todos sus dividendos o lo puedes invitar a reinvertir y capitalizar.

¿Y el gerente? Pensarás… Bueno, pues si el gerente tiene claras estas dos respuestas, sabrá ajustar las velas del barco para navegar hacia el faro.

El movimiento y el cambio son parte de la vida. No te obsesiones con un punto de vista pero sí obsesiónate con tu propósito y alinea la mente, el bolsillo y el corazón para que saques siempre lo mejor de tu empresa y lo puedas disfrutar personalmente.

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